domingo, 16 de diciembre de 2007

Jugando a las regatas

Cuenta la crónica de una competición de remo que, año tras año, se viene celebrando entre dos equipos, compuestos ambos por trabajadores de sus respectivas empresas; española la primera, japonesa la segunda.

La primera vez que se celebró, salieron los japoneses zumbando, dándole al remo con buen ritmo y llegando a la meta una hora antes que el equipo español. La dirección de la empresa española, abochornada, organizó una investigación de la que se desprendió el siguiente informe:

"Se ha podido establecer que la victoria de los japoneses se debe a una simple argucia táctica: mientras que en su dotación había un jefe de equipo y diez remeros, en la nuestra había diez jefes de servicio y un remero. Para el próximo año se tomarán las medidas oportunas".

Al año siguiente se vuelven a dar cita ambos equipos, y nuevamente el japonés toma la delantera desde la primera palada. El equipo español, que para la ocasión había hecho acopio del mejor material del mercado, primeras marcas y alta tecnología, alcanza la meta esta vez con dos horas y media de retraso. Se reúne de nuevo la dirección, que crea un nuevo departamento para investigar el asunto, y que al cabo de dos meses ofrece el siguiente informe:

"El equipo japonés, con táctica obviamente conservadora, mantuvo su estructura tradicional de un jefe de equipo y diez remeros; mientras que el español, con las medidas renovadoras adoptadas después del fracaso del año pasado, optó por una estructura abierta, más dinámica, y se compuso de un jefe de servicio, un asesor de gerencia, tres representantes sindicales (que exigieron hallarse en el lugar de trabajo), cinco jefes de sección y una UPEF (Unidad Productora de Esfuerzo Físico), o sea, un remero. Gracias a lo cual, se ha podido establecer que el remero es un incompetente."

La empresa decide entonces tomarse la siguiente regata en serio. Se crea un departamento especial, se contratan varias asesorías y una empresa de relaciones públicas para los contactos de prensa. Y llega el día de la competición, en la que nuevamente los japoneses salen zumbando, con tanta delantera que incluso paran a medio camino para hacerse unas fotos; mientras que el equipo español, pese a los remos hidrodinámicos, el casco de fibra de carbono y el diseño en punta de lanza, en los que la empresa había hecho una fenomenal inversión en I+D, no cruza la meta hasta cuatro horas más tarde. El bochornoso espectáculo dado en prensa obliga a la gerencia a intervenir directamente, encargando a una comisión la investigación de los hechos, que proporcionó el siguiente informe:

"Este año el equipo nipón optó como de costumbre por un jefe de equipo y diez remeros. El español, después de una auditoría externa y el asesoramiento especial del grupo alemán Sturm und Drang, optó por una formación más vanguardista y altamente operativa, compuesta por un jefe de servicio, tres jefes de sección con plus de productividad, dos auditores de Arthur Andersen, un solo representante sindical en régimen de pool, tres vigilantes jurados encargados de vigilar la dedicación de la plantilla, y un remero al que la empresa había amonestado después de retirarle todos los pluses e incentivos por el injustificable fracaso del año anterior.

En cuanto a la próxima regata -
continúa el informe-, esta comisión recomienda que el remero provenga de una contrata externa, ya que a partir de la vigésimo quinta milla marina se ha venido observando cierta dejadez en el remero de plantilla. Una dejadez preocupante, que se manifiesta en comentarios dichos entre dientes, entre remada y remada, del tipo: 'Anda y que os vayan dando', o 'Que venga y reme vuestra puta madre', y una actitud que incluso roza el pasotismo en la línea de meta".

3 comentarios:

  1. Hay que ver lo que son las casualidades, precisamente la semana pasada, comenté varias veces con diferentes personas este tema, dada la situación laboral actual en la que me encuentro, haciendo mención a este articulo e intentándolo contar aunque no me acordaba muy bien. Y mira por donde... aquí lo has puesto entero.
    Gracias

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  2. ¡De nada wapa! Lo saqué de un libro de Pérez-Reverte, Con ánimo de molestar (un recopilatorio de artículos publicados en Xl Semanal), quien a su vez lo recibió de lectores suyos.

    Lo más acertado del artículo (para mi) es esa sensación fatalista que queda al final, de situación imposible de resolver... y que es tan lamentablemente habitual en el mundo laboral.

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  3. La verdad es que el chiste (yo al menos lo conocía en versión chiste) tiene ya sus años, pero aun así no parece que haya cambiado nada... Sería gracioso imaginarse la misma situación pero con el remero como funcionario, parando a mitad de la competición por que es la hora del café ;-)

    Lamentablemente, tenemos a los empresarios más arcaicos de Europa, y no se atisban signos de cambios en el horizonte, para desgracia de los que trabajamos por cuenta ajena

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