sábado, 29 de diciembre de 2007

¿Credulidad?

En estas fechas tan entrañables (y efectivamente algo tienen que ver con las entrañas de cada uno), hay costumbre de reenviar a diestro y siniestro mensajes de felicitación, buenos deseos, recomendaciones para una nueva vida y, ya puestos, incrementar el volumen habitual de chistes, supersticiones y lindezas de mejor o peor gusto.

Tal vez lo más lamentable de todo lo constituyen las cadenas de mensajes falsos, hoax, tonterías que se auto-replican por la red una y otra vez (con la inestimable colaboración de sus lectores, claro). Mensajes de mal gusto casi siempre, que tratan de remover al lector para que lo reenvíe a todos sus contactos... bien con fotos de lo que aparece como una terrible y atroz enfermedad, bien anunciando que alguien recibirá mucho dinero por mensaje reenviado (como si hubiera alguna forma de comprobar eso, mucho menos de contabilizarlo), anunciando desastres o comportamientos horripilantes.

Ya es bastante escabroso que haya quien se dedica a crear estas cadenas, reuniendo material de varias procedencias y haciendo que todo tenga aspecto "creíble". Pero mucho más sorprendente resulta que mucha gente reenvíe estos mensajes, sin tomarse siquiera la molestia de comprobar su veracidad. En la mayoría de los casos, una búsqueda en Google del título del mensaje muestra, entre los primeros lugares, alguna página donde se desmiente el mensaje (si se añade la palabra hoax las posibilidades se incrementan). Pero poca gente hace esto.

Y cada vez que me llega una de estas cadenas... me hago la misma pregunta: ¿es realmente la gente tan crédula, o es una simple cuestión de vagancia?

domingo, 16 de diciembre de 2007

Jugando a las regatas

Cuenta la crónica de una competición de remo que, año tras año, se viene celebrando entre dos equipos, compuestos ambos por trabajadores de sus respectivas empresas; española la primera, japonesa la segunda.

La primera vez que se celebró, salieron los japoneses zumbando, dándole al remo con buen ritmo y llegando a la meta una hora antes que el equipo español. La dirección de la empresa española, abochornada, organizó una investigación de la que se desprendió el siguiente informe:

"Se ha podido establecer que la victoria de los japoneses se debe a una simple argucia táctica: mientras que en su dotación había un jefe de equipo y diez remeros, en la nuestra había diez jefes de servicio y un remero. Para el próximo año se tomarán las medidas oportunas".

Al año siguiente se vuelven a dar cita ambos equipos, y nuevamente el japonés toma la delantera desde la primera palada. El equipo español, que para la ocasión había hecho acopio del mejor material del mercado, primeras marcas y alta tecnología, alcanza la meta esta vez con dos horas y media de retraso. Se reúne de nuevo la dirección, que crea un nuevo departamento para investigar el asunto, y que al cabo de dos meses ofrece el siguiente informe:

"El equipo japonés, con táctica obviamente conservadora, mantuvo su estructura tradicional de un jefe de equipo y diez remeros; mientras que el español, con las medidas renovadoras adoptadas después del fracaso del año pasado, optó por una estructura abierta, más dinámica, y se compuso de un jefe de servicio, un asesor de gerencia, tres representantes sindicales (que exigieron hallarse en el lugar de trabajo), cinco jefes de sección y una UPEF (Unidad Productora de Esfuerzo Físico), o sea, un remero. Gracias a lo cual, se ha podido establecer que el remero es un incompetente."

La empresa decide entonces tomarse la siguiente regata en serio. Se crea un departamento especial, se contratan varias asesorías y una empresa de relaciones públicas para los contactos de prensa. Y llega el día de la competición, en la que nuevamente los japoneses salen zumbando, con tanta delantera que incluso paran a medio camino para hacerse unas fotos; mientras que el equipo español, pese a los remos hidrodinámicos, el casco de fibra de carbono y el diseño en punta de lanza, en los que la empresa había hecho una fenomenal inversión en I+D, no cruza la meta hasta cuatro horas más tarde. El bochornoso espectáculo dado en prensa obliga a la gerencia a intervenir directamente, encargando a una comisión la investigación de los hechos, que proporcionó el siguiente informe:

"Este año el equipo nipón optó como de costumbre por un jefe de equipo y diez remeros. El español, después de una auditoría externa y el asesoramiento especial del grupo alemán Sturm und Drang, optó por una formación más vanguardista y altamente operativa, compuesta por un jefe de servicio, tres jefes de sección con plus de productividad, dos auditores de Arthur Andersen, un solo representante sindical en régimen de pool, tres vigilantes jurados encargados de vigilar la dedicación de la plantilla, y un remero al que la empresa había amonestado después de retirarle todos los pluses e incentivos por el injustificable fracaso del año anterior.

En cuanto a la próxima regata -
continúa el informe-, esta comisión recomienda que el remero provenga de una contrata externa, ya que a partir de la vigésimo quinta milla marina se ha venido observando cierta dejadez en el remero de plantilla. Una dejadez preocupante, que se manifiesta en comentarios dichos entre dientes, entre remada y remada, del tipo: 'Anda y que os vayan dando', o 'Que venga y reme vuestra puta madre', y una actitud que incluso roza el pasotismo en la línea de meta".

jueves, 13 de diciembre de 2007

Blogging

Pensamientos, ideas, creencias, sentimientos.
Mi mente abarrotada de contenidos, la mayoría sin sentido.
El tiempo pasa.
Mi tiempo pasa.
En la eterna búsqueda de mi mismo, doy vueltas y más vueltas.
A veces descubro cosas y a veces las vuelvo a olvidar.
¿Quién soy yo? ¿Cómo soy? ¿Cómo quiero ser?
Abrumado ante las opciones, no tomo ninguna.
Continúo caminando, conmigo mismo como único acompañante. No es mala compañía, pero a veces ...
... a veces no es suficiente.
Busco un sentido, y sé que está adentro y no afuera... pero a veces me falta algo, justo más allá de mi alcance.
Desnudo mi alma, a la vista de todos, y de nadie... en un blog.
No sé lo que encontraré, ni a quién, pero...
... cualquier cosa es mejor que la inmovilidad.

martes, 11 de diciembre de 2007

La Pregunta

He aquí mi pregunta: A medida que la vida pasa, ¿crece en ti la felicidad o el sufrimiento? No pidas que defina estas palabras, responde de acuerdo a lo que sientes...

Aún cuando sabio y poderoso, si no crece en ti y en quienes te rodean, la felicidad y la libertad, rechazaré tu ejemplo.

Acepta en cambio, mi propuesta: sigue el modelo de aquello que nace, no de lo que camina hacia la muerte. Salta por encima de tu sufrimiento, y entonces no crecerá el abismo, sino la vida que hay en ti.

No hay pasión, ni idea, ni acto humano que se desentienda del abismo. Por tanto, tratemos lo único que merece ser tratado: el abismo y aquello que lo sobrepasa.

sábado, 1 de diciembre de 2007

Hablemos

Hablemos.
No importa de qué.
Tal vez nos entendamos, o tal vez no.
Pero hablemos.
Tus cosas, mis cosas.
Tu vida, mi vida.
Coincidiremos, tal vez, o no.
Aún así, hablemos.
Tu visión, mi visión.
Tu pasado, mi pasado,
nos diferencian, nos distancian.
Tus miedos, mis reservas,
Tus angustias, mi terquedad.
De todo eso, hablemos.
Te veo, y no eres tú.
Mi ojo te inventa, tu ojo me sueña.
A veces, una breve luz
atraviesa la cortina,
entonces, te veo mirarme
y comprendo.
Por eso,
Hablemos.